“Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único para que todo aquel que crea en Él, no perezca, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para que el mundo se salve por medio de Él” (Jn 3, 16-18).
Realizado en 1947 por Pedro Gavilá Rosique. Consta del monograma JHS, rodeado por dos ramas de pasionaria y cimado por la corona real.
El monograma JHS “Jesús Salvador de los Hombres”, que se considera que eran originariamente una abreviatura de la forma griega de la palabra de Jesús, ya conocida en el siglo IX en el que aparece en algunas monedas de Bizancio, y que tras su adopción por la iglesia occidental adquirió algunas veces, indebidamente, el significado de Iesus Hominum Salvador, incluye una cruz, que forma parte de la propia H, cuyo origen está en el titulus, que en la caligrafía medieval atravesaba el palo superior de la h, como si fuera una tilde, para indicar la elisión, perviviendo posteriormente a pesar de representarse ya como mayúscula la letra central del monograma.
Como sucede en todos aquellos emblemas en los que aparece el monograma en cuestión, exalta a Jesucristo como Salvador, dando cuenta del deber de participación del hombre en la obra redentora de Aquel a quien llaman Salvador.
Las dos ramas de pasionaria(Pasiflora caerulea), que cierran el escudo, sintetizan por su propio simbolismo el sacrificio de la Pasión, debido a la semejanza de las distintas partes de las flores de esta planta, trepadora de origen tropical, con los atributos de la Pasión de Jesucristo. Pasionaria, cuyo nombre parece ser que le fue dado por los misioneros portugueses cuando la vieron por primera vez en flor (flores blancas y moradas) en las selvas del sur de Brasil, llamándoles poderosamente la atención la singularidad de su diseño floral. Así, son comparadas las partes de la flor según otros el finóforo; ovario y estilos, el azote; los estambres, las cinco llagas, y, según otros, los clavos o los martillos; la corona, la corona de espinas, el receptáculo, el cáliz de la amargura, y las tres brácteas, las tres Marías. Así mismo, interpretándose ambas ramas de pasionaria sólo como ramilletes de una planta en flor, pueden verse, como lo hace San Juan de la Cruz, simbolizando en la flor la imagen de las virtudes del alma, y en el ramillete que las une la perfección espiritual. Interpretación con cierta analogía a la presentación, a menudo de la flor, como la figura-arquetipo del alma o como un centro espiritual.
También, coincidiendo con otros autores que mantienen el criterio de que la flor es símbolo del amor, con este sentido envuelven el monograma JHS, patentizando, a través del escudo, el amor corporativo de los miembros de la Agrupación por “Jesús Salvador de los Hombres”.
La corona real que cima el emblema tiene, formalmente, la condición de real de la Cofradía matriz a la que por su carácter filial se adscribe la Agrupación.
Fuente: Signos y Símbolos en la heráldica de la Semana Santa de Cartagena. Autor Francisco Mínguez Lasheras.